Las actividades llevadas a cabo durante esta primera fase del proyecto T’Hó: la Mérida Ancestral arrojan información importante acerca de las relaciones entre el medio geográfico local y la ocupación maya antigua. Estoy enriqueciendo estos hallazgos con una amplia revisión bibliográfica de la que se infieren datos complementarios sobre el desarrollo histórico de T’Hó. Simultáneamente hemos procurado mantener una presencia en periódicos de difusión local y regional.
La digitalización de planos topográficos de la ciudad, donde se observan de manera especial la altura de las cotas de nivelación del terreno y las depresiones cársticas empiezan a mostrar de manera evidente una estrecha relación entre el carácter de los suelos y el modelo de patrón de asentamiento que presenta la antigua T’Hó, junto con sus vecinos más próximos, como pueden ser Dzoyilá, ChenHó, Dzibilchaltún, Xoclán, Kanasín y otros. En esta etapa hemos digitalizado una franja que cruza la mancha urbana de Mérida de este a oeste, y después nos concentramos a completar la digitalización del Centro Histórico de la ciudad.
A partir de este trabajo hemos podido precisar que el Centro Histórico de Mérida –construido sobre la antigua T’Hó–, está situado sobre una amplia elevación natural del terreno –cota 4–; sobre ésta, los puntos de cotas más elevadas –cotas 5 y 6–, fueron aparentemente escogidas para hacer nivelaciones artificiales que dieron base a las construcciones del antiguo asentamiento humano, mismo que en los textos mayas de inicios de la colonia es mencionado como "Noh Cah Ti Hoo" –el Gran Pueblo de T’Hó. A su vez, en los alrededores, por debajo de la cota 4 o sobre otras pequeñas elevaciones de aspecto similar, se observa una cantidad importante de "depresiones," probablemente asociadas con el manejo del agua o el riego, importante para entender la economía agrícola que debió dar sostén a las poblaciones residentes en distintos momentos históricos (ver Plano 1).
Plano 1. Topografia del Centro Histórico de Mérida.
Fuente: http://www.famsi.org/perl/print_friendly.pl?file=96018es
Situaciones comparables ocurren en sitios próximos a T’Hó, localizados dentro de la mancha urbana de Mérida, lo cual estoy corroborando aplicando la misma metodología, a partir de un muestreo en el centro de estos sitios mas pequeños, aledaños a T’Hó, y que todavía conservan rastros visibles de la ocupación maya antigua. El sitio de Dzoyilá, al sureste de la ciudad, o ChenHó, en el Parque Recreativo de Oriente, muestran en su topografía evidencias de aquella misma relación entre elevaciones naturales –cotas 4, 5 y 6– y presencia de montículos prehispánicos (ver Plano 2 y Plano 3). Esto es una prueba más de aquella "identificación ecológica" que, como señaló el antropólogo Alfredo Barrera Vásquez, mantuvieron los mayas antiguos y que en este caso nos podría permitir diseñar un nuevo modelo para los estudios de patrón de asentamiento regional en el norte de la Península de Yucatán. De acuerdo con este modelo, el análisis de la topografía, la hidrología y otras variables de carácter ecológico, nos pueden ayudar a entender el concepto urbano de los mayas Yucatecos y determinar la posible ubicación de sus antiguas construcciones.
Plano 2. Zona Arqueologica ChenHó.
Fuente: http://www.famsi.org/perl/print_friendly.pl?file=96018es
Plano 3. Zona Arqueologica de Dzoyilá.
Fuente: http://www.famsi.org/perl/print_friendly.pl?file=96018es
Por otro lado, estamos procesando una base de datos a partir de los sitios localizados en esta región por Silvia Garza y Edward Kurjack en el Atlas Arqueológico del Estado de Yucatán de 1980, ampliada con los resultados de los análisis arquitectónicos y cerámicos procedentes de los distintos programas de rescate y salvamento arqueológico llevados a cabo por el Centro Yucatán del I.N.A.H. De esta forma obtendremos una relación precisa de la ubicación y temporalidad de los asentamientos mayas que se hallan en la mancha urbana de Mérida y podremos observar las etapas de desarrollo de la región en que T’Hó debió tener un papel determinante. A su vez el panorama obtenido permitirá un control para la protección del patrimonio arqueológico de la ciudad y la posibilidad de establecer un programa de salvamento que a corto plazo ofrezca una imagen pública de la historia maya de la actual ciudad de Mérida.
En el caso particular del sitio de T’Hó, la información histórica y literaria maya lo refiere como "Noh Cah Ti Hó" –el Gran Pueblo de T’Hó–, de manera que nos da una idea de que la antepasada maya de Mérida mereció siempre un trato que mostraba su preminencia sobre otras poblaciones del Mayab peninsular. Para algunos historiadores, como Sergio Quezada, T’Hó era un "bataboob independiente," entidad política descentralizada y no subordinada a ninguna capital. Esta perspectiva considera que la definición de la Provincia de Chakán es contemporánea a la época de la conquista española y tuvo como finalidad agrupar territorialmente a varios "bataboob independientes" para su mejor control y administración desde el nuevo orden establecido.
En nuestro proyecto elaboramos el contexto regional –la Provincia de Chakán–, en donde se sitúa T’Hó, a partir de las delimitaciones propuestas primero por Ralph Roys en 1957 y después por Peter Gerhard en 1991, dentro de las cuáles realizaremos nuestro muestreo de sitios registrados y clasificados en nuestra base de datos, para posteriores estudios con sistemas de información geográfica, que nos permitan aplicar el modelo a nivel regional (ver Plano 4).
Plano 4. La Provincia de Chakán: Panorama Arqueologico.
Fuente: http://www.famsi.org/perl/print_friendly.pl?file=96018es
En la revisión de informes de rescates y salvamentos en la ciudad de Mérida, estamos poniendo especial atención en los aspectos cronológicos y culturales que se desprenden de esos trabajos arqueológicos. Hay datos cerámicos que muestran tipos de vasijas que corresponden a momentos del Preclásico Medio, antes del siglo III a.C. En cuanto a la actividad constructiva, la más antigua se registra para el siglo IV d.C. Con la aplicación del modelo que estamos desarrollando, esperamos descubrir algunas regularidades interesantes entre la topografía escogida y el momento histórico de los sitios.
De T’Hó, las referencias más precisas de sus edificios principales, por ejemplo el descrito y dibujado por Fray Diego de Landa, y que estuvo situado en donde se encuentra la actual Plaza Grande de Mérida, nos remiten al período Clásico Tardío, cuando el estilo Puuc se internacionalizó en la Península de Yucatán, allá por el siglo VIII d.C.; aunque no dudamos en pensar que los enormes basamentos hoy desaparecidos, –vale la pena recordar el que albergó al Convento de San Francisco a mediados del siglo XVI– ya hubieran sido levantados en épocas anteriores, quizás contemporáneas a otros grandes pueblos como Izamal o Acanceh. El tamaño de los asentamientos así como la calidad y envergadura de su arquitectura nos aproximará al nivel de organización político territorial de la que en el siglo XVI fuera la Provincia de Chakán, de la que Mérida era cabecera principal. De lo que no cabe duda es de que T’Hó jugó un importante papel en el desarrollo histórico de los antiguos mayas del norte de Yucatán.
Al mismo tiempo que hemos avanzado en los aspectos metodológicos de nuestra propuesta, hemos procurado tener una presencia en los medios de difusión local, para fortalecer la conciencia del valor del patrimonio arqueológico e histórico de Mérida y fomentar su conservación. Además de acercarnos a las características de la antigua T’Hó, una de las finalidades principales de mi investigación es contribuir a darle a esta importante ciudad maya el lugar visible que se merece como parte relevante de la historia de Mérida. Con esta perspectiva hemos estado atentos al programa municipal de rescate de fachadas coloniales del Centro Histórico de Mérida, implementado por el Departamento de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento, y que consiste en retirar el aplanado en mal estado de las fachadas para poner una capa nueva de cemento y pintura. Esta circunstancia nos permitió descubrir "sillares de recubrimiento" mayas antiguos en los muros de la casa Pedz Balam, una de las primeras construcciones coloniales adificada en una de las cuatro esquinas de la Plaza Grande –Calle 60 x 61–. Esos muros muestran la reutilización, desde los primeros años de la colonia, de piedras que formaban parte de los palacios y templos de T’Hó, para levantar, con la misma técnica constructiva maya tradicional, los muros de las casas de los recién llegados.
Hemos realizado un trabajo de convencimiento ante las autoridades municipales para que se dejaran al descubierto calas que muestren el carácter de esos muros y empezar a desplegar en público fragmentos de un importante momento histórico de Mérida, en vez de proceder a taparlos con un nuevo aplanado, según el proyecto original y como propuso, después de un peritaje, el mismo Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Por último, señalaremos que la segunda fase de esta investigación se iniciará con una búsqueda en el Archivo General de Indias en Sevilla (España), en donde espero localizar documentación que ampliará y aportará datos sugerentes y precisos para la caracterización de T’Hó y sus alrededores.
He procurado establecer comunicación con los investigadores David Bolles y John F. Chuchiak IV, quienes han tenido, desde su perspectiva de etnohistoriadores, valiosos comentarios y sugerencias que facilitarán las tareas relacionadas con la consulta en archivos de documentación histórica.
También estoy en contacto con el Maestro en Ciencias José Antonio González Iturbe, del CICY (Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán), el arqueólogo Rodrigo Liendo, de la Universidad de Pittsburg, y el arqueólogo Ernesto Vargas, del IIA-UNAM, cuya asesoría es de gran ayuda para el buen desarrollo de mi proyecto.
En este informe preliminar debo mencionar que para realizar la digitalización de los mapas y obtener los resultados planimétricos que ilustran el avance de mi investigación he contado con la disponibilidad –a ciertas horas del día en que no está siendo utilizado por el personal– de un equipo de cómputo del Ayuntamiento de Mérida, mismo que se encuentra en un estado deficiente, lo cual ha retrasado significativamente el avance de mi trabajo.
Para finalizar agregaremos que estamos seguros de que el estudio de las ciudades mayas antiguas a partir de sistemas de información geográfica y conceptos ecológicos, asi como la consideración de las relaciones entre asentamientos humanos vecinos, áreas rurales, economía y tecnología agrícola son fundamentales para conocer y valorar adecuadamente el patrimonio arqueológico y buscar su integración al desarrollo urbano del presente.
Para más información, vea la publicación:
Josep Ligorred Perramon
T’Hó, La Mérida Ancestral
Ichcanzihó: "Los de Rancio Abolengo"
Primera edición, 1998
Edición: H. Ayuntamiento de Mérida
Dirección de Desarrollo Urbano
ISBN 968-6918-05-1
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