LEYENDA DEL
VENADO
Cuentan que hace mucho tiempo un joven cazador tuvo la suerte de encontrar dentro de un venado "La piedra mágica", una piedra redondita y medio hueca que cada vez que ésta sonaba dentro de su sabucan era aviso seguro que ese día cazaría buena pieza. Siempre iba acompañado de sus cuatro perros.
Un día, durante su recorrido por el monte, encontró a una hermosa mujer y se enamoró de inmediato de ella y le pidió que se casara con él. Ella aceptó con la condición de que fuera a conocer a sus padres y hermanos. El le dijo que si iría, pero antes la llevaría a conocer a su abuelita con quien él vivía, y ella también aceptó.
Y así, un buen día, cuando la bella joven fue a conocer a la abuela de su futuro marido, la anciana tuvo sospechas porque los perros le ladraron mucho y tenía la garganta muy larga. La abuela, que era una mujer sabia, al despedirse la pareja de inmediato fue a consultar con un j-men, Sus temores crecieron, pues supo que nieto corría peligro porque los parientes de esta mujer querían matar a su nieto y comérselo.
Para contrarrestar la amenaza le dio tres semillas que el muchacho debía guardar en la bolsa de su pantalón y sacarla cuando fuera a casa de los padres de esa mujer.
El j-men le dio a la abuela una jícara para que ésta la coloque sobre la mesa de su casa y ese objeto le indicaría cuando su nieto estuviera en peligro, convirtiendo el agua en sangre; al suceder esto debía soltar de inmediato a los perros.
Cuando le tocó el turno al muchacho de ir a conocer a los padres de la mujer, se inquietó un poco al internarse en el monte alto hasta que llegaron a un sitio descampado, en ese lugar lo estaban esperando muchos venados, entre chicos y grandes. Fue entonces cuando la mujer habló y le hizo saber a su novio que esa era su familia y agregó que desde hacía mucho tiempo se había dedicado a matarlos y ahora les tocaba a ellos acabar con él.
Dicho esto, la mujer se convirtió en un cervatillo y todos los animales lo rodearon. El muchacho no se aturdió, enseguida sacó la primera semilla y la arrojó al suelo de inmediato, surgió un enorme tamarindo que los venados rodearon y derribaron.
Sacó entonces la segunda semilla y ésta se convirtió en un enorme jabón. En casa de la abuela los perros ladraban y vio que la jícara de la mesa burbujeaba sangre. De inemdiato supo que su nieto estaba en peligro, soltó a los perros y éstos llegaron a tiempo para salvar a su nieto correteando todos los venados. Cuando llegó a su casa le platicó al j-men lo sucedido y este le recomendó devolver la piedra del venado al monte y que olvidara la cacería por un tiempo, ya que éste era un castigo porque había matado venadas preñadas.
Asi contaban nuestros abuelos estas hermosas leyendas y nosotros las transmitimos a las nuevas generaciones.
LT: Jose Gabriel Chan Escalante
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