sábado, 16 de mayo de 2015

COREANOS CON MUCHA HISTORIA EN YUCATAN

COREANOS CON MUCHA HISTORIA EN YUCATAN




Muchos de los descendientes de los inmigrantes coreanos están contribuyendo al progreso de la sociedad yucateca y mexicana. Son médicos, abogados, profesores universitarios, contadores, pastores, hombres de negocios, y hasta políticos ocupando puestos clave.

En Mérida, la primera zona de asentamiento de los inmigrantes, vivían unos 3000 descendientes, la mayoría en condiciones de pobreza similares a las de los pobladores locales.

Con la Revolución Mexicana se dio el derrumbe de la boyante industria del henequén, los inmigrantes coreanos tuvieron que trasladarse de un lado a otro más de una vez.

Desde la década de los años 20 en adelante, se dispersaron por todo México. Empezando por las localidades más cercanas a Mérida, como Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Coatzacoalcos, hasta Ciudad de México, a otras grandes ciudades e incluso hasta Tijuana, en la zona fronteriza con EE.UU.

Pero que los une a demás de ser humanos, la comida coreana es uno de los lazos culturales más fuertes que unen a los descendientes coreanos. Aunque casi ninguno sabe hablar coreano, conservan casi perfectamente la cultura culinaria coreana. La mayoría de ellos conocen y saborean el “kimchi”, la pasta de pimientos, la pasta de soya, los brotes de soya, la sopa de algas, el “mandu” y los fritos al estilo coreano. También saben hacer y comer el arroz hecho a la manera coreana.

Aunque difícilmente en nuestra ciudad podremos encontrar algún tipo de restaurante, con la comida típica coreana, como lo hay con la comida ahina, taiwanesa, entre otras costumbres,   la historia señala que al principio, los inmigrantes coreanos sufrieron mucho por no encontrar pimientos, ajo, pasta y salsa de soya en las haciendas henequeneras, pero luego con el tiempo se las arreglaron para preparar “kimchi” y otros platos con los ingredientes que encontraron, propios de la región.

Hoy en día, la cocina coreana se caracteriza por la diversidad y amplia variedad de carnes y pescados, así como vegetales. Las diferentes comidas fermentadas y preservadas, como el kimchi (repollo coreano picante fermentado), el jeotgal (mariscos fermentados salados) y doenjang (pasta de soya fermentada) son los principales, haciéndose notar por su peculiar sabor y alto valor nutritivo.

Para conocer mejor de que estamos hablando se agrega que La soya o soja (Glycine max) es una especie de la familia de las leguminosas (Fabaceae) cultivada por sus semillas, de medio contenido en aceite y alto de proteína.

Otro dato interesante es la col china (en coreano “Bae-chu”), cuya forma es similar a la de una lechuga, aunque existen otras recetas en las que se utilizan como ingrediente básico rábanos o pepinos. Otros ingredientes son: pimiento o ají rojo molido, ajos o cebollas tiernas. De olor fuerte y característico, su sabor es salado y picante.

Pero sin duda uno de las aportaciones que estos inmigrantes nos dejaron para la posteridad es el llamado dulce de Melcocha, en algunas regiones se le conoce como Charamusca, que no tiene nada que ver con melcocha tradicional de México, se dice que hay diferente forma de prepáralos como ejemplo mencionaremos dos que son:

Tabasco. La manera tradicional de elaborarla es a base de panela e incorporación de ralladura de limón. Después se coloca sobre hojas de limón y se deja enfriar.

Yucatán. Se procesa usando clara de huevo y miel en una proporción de 12 claras por cada litro de miel (preferentemente de abeja). Se evapora la mezcla a fuego muy lento removiéndose para evitar que se pegue en la cazuela hasta que adquiere la consistencia adecuada, vertiéndose después y dejándose endurecer (al enfriarse) sobre hojas de almendro (almendra) que servirán al fin del proceso como envoltorio.

En Mérida realiza de la forma más sencilla que es usando miel y clara de huevo tal como lo realizaban nuestros antepasados.

Y como se ha mencionado al principio los coreanos nativos, por instrucciones de sus patriarcas deciden que se casen solo coreanos con coreanas, para salvar la sangre pura, cabe mencionar que los llegados eran de diferentes clanes, por lo que no habría problemas con las descendencias.

Los primeros en romper el pacto fueron los coreanos que se casaron con las mujeres mayas dándose la primera mezcla mestiza.

 Para finalizar por fonética muchos nombres en coreano se fueron castellanizando, aunque la lista es larga solo se mencionaran los más conocidos como son: aunque existen en su puso lenguaje, el llamado So, Soh, Soo, Song, hasta llegar a lo que hoy se conoce como Sosa.

Park, Pak, Pa, Pan  y se mayan izó o se fusionó quedando como Pat. Otro de los muy conocidos es el Ko, Koo, Co y termino como Corona,  el Chue,  Chu, Chuee, y finalmente concluyo como Sánchez y el Yang, pasó a ser Yáñez y el yang también termino como maya al ser Yam,  aunque en este caso en especial también hay apellidos con (N) Yan sería un poco, interminable continuar con estos apellidos coreanos.

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